¿Vale la pena obtener permisos de superusuario en Android?
El rooteo de dispositivos Android es una práctica que ha generado debate entre los usuarios y expertos en ciberseguridad. Obtener permisos de superusuario (root) permite un control total del dispositivo, pero también puede exponerlo a riesgos significativos. A pesar de sus ventajas, es importante comprender las posibles consecuencias antes de tomar la decisión de rootear un teléfono o tableta Android.
¿Por qué los usuarios deciden rootear sus dispositivos?
La posibilidad de modificar el sistema operativo Android ofrece varias ventajas. Los principales motivos por los que los usuarios recurren al rooteo incluyen:
- Eliminar aplicaciones preinstaladas que no pueden desinstalarse de forma convencional.
- Mejorar el rendimiento del dispositivo, aumentando la velocidad del procesador o gestionando el uso de la batería.
- Acceder a funciones avanzadas, como la posibilidad de bloquear la conexión a internet de ciertas aplicaciones.
- Cambiar la versión de Android, instalando ROMs personalizadas creadas por la comunidad.
- Recuperar archivos eliminados o mover aplicaciones a una tarjeta SD para liberar espacio en el almacenamiento interno.
Para obtener estos permisos, los usuarios suelen utilizar herramientas como Kingroot, 360 Root, Framaroot, Baidu Easy Root, Towelroot y One Click Root, entre otras. Sin embargo, muchas de estas aplicaciones incluyen anuncios o instalan adware, lo que puede comprometer la seguridad del dispositivo.
Los riesgos de rootear un dispositivo Android
Si bien obtener acceso root permite desbloquear ciertas funciones, también viola los principios de seguridad de Android y puede exponer el sistema a ataques. Entre los principales riesgos destacan:
1. Pérdida de seguridad del sistema
Android funciona en un entorno aislado o en sandbox, donde las aplicaciones solo pueden acceder a su propio espacio de datos. Sin embargo, al rootear un dispositivo, cualquier aplicación con permisos de superusuario puede acceder, modificar o eliminar archivos esenciales para el funcionamiento del sistema.
2. Exposición a malware y amenazas cibernéticas
Los ciberdelincuentes aprovechan los permisos de superusuario para realizar ataques más efectivos. Un dispositivo rooteado facilita que los troyanos y otros tipos de malware puedan:
- Robar credenciales de navegación.
- Instalar aplicaciones de forma oculta, incluso en particiones del sistema.
- Modificar la configuración del navegador y redirigir a sitios fraudulentos.
- Mantenerse en el sistema incluso después de un restablecimiento de fábrica.
3. Anulación de la garantía y riesgo de bloquear el dispositivo
La mayoría de los fabricantes anulan la garantía de los dispositivos si detectan que han sido rooteados. Además, si el proceso de rooteo falla, el dispositivo puede quedar inservible (brickeado), sin posibilidad de restaurarlo.
El vínculo entre dispositivos rooteados y ataques cibernéticos
Las estadísticas revelan una correlación entre los países donde se rootean más dispositivos y aquellos con mayor número de ataques cibernéticos. Según datos recopilados, el 60% de los países con más dispositivos Android rooteados coinciden con aquellos donde los ataques son más frecuentes.
Entre los países con más dispositivos rooteados se encuentran:
- Venezuela (26%)
- Argelia (19%)
- Bangladés (13%)
- Moldavia (15%)
Por otro lado, en Rusia (6,6%) y en Norteamérica y Europa Occidental, el porcentaje de dispositivos rooteados es menor, aunque sigue estando presente.
¿Es recomendable rootear un dispositivo Android?
El rooteo puede ser útil en manos de usuarios avanzados que comprenden los riesgos y saben cómo mitigar las vulnerabilidades. Sin embargo, para la mayoría de los usuarios, las desventajas superan las ventajas.
Si bien los ciberdelincuentes pueden aprovechar los permisos de superusuario para eludir las medidas de seguridad, los antivirus y otras herramientas de protección siguen funcionando en dispositivos rooteados, aunque con menor efectividad.
Consejos para mejorar la seguridad en Android
- Evitar el rooteo, salvo que se tenga conocimiento técnico avanzado.
- Descargar aplicaciones solo desde tiendas oficiales, como Google Play, y verificar la reputación de los desarrolladores.
- Utilizar un software antivirus confiable que analice las aplicaciones en busca de amenazas.
- Mantener el sistema actualizado, instalando parches de seguridad regularmente.
En conclusión, rootear un dispositivo Android es una decisión que debe tomarse con precaución. Aunque ofrece mayor control sobre el sistema, también aumenta los riesgos de seguridad y deja el dispositivo más vulnerable a amenazas cibernéticas. Para la mayoría de los usuarios, es recomendable mantener el sistema sin modificaciones y seguir buenas prácticas de seguridad.