Una reciente investigación de la BBC demuestra que Internet, pese a promover el flujo libre de información, no está libre de la censura que pueden ejercer los gobiernos. Sucede que, a excepción de algunos países de África, las naciones tienen el control de la infraestructura con la cual los ciudadanos acceden a la red de redes. Este poder permite controlar y censurar determinados contenidos con solo presionar un botón.
Las autoridades suelen exigir a las empresas proveedoras que apliquen bloqueos a determinados sitios, y así los ciudadanos caen en una red de censura donde creen ser libres pero solo tienen acceso a lo que sus líderes les permiten ver.
Existen distintos tipos de censura en Internet, en Suecia por ejemplo hay limitaciones para acceder a material pornográfico, y en China la censura afecta a las redes sociales Twitter y Facebook. Hay una organización llamada OpenNet Initiative que analiza los mecanismos de censura en Internet y cuenta con el respaldo de las universidades de Harward y Toronto.
Esta organización divide en 4 tipos la censura en Internet: Política, Social, Seguridad y Herramientas de Internet. Diferentes sitios web que versan sobre estas temáticas son censurados cuando las naciones creen que atentan contra sus intereses.
Los mecanismos de censura gubernamental en Internet son costosos, pero para costear estos recursos algunas naciones sostienen que se trata de temas de ‘seguridad nacional’. Las medidas proteccionistas han ido ganando terreno en cada año, y en Brasil por ejemplo hay numerosos sitios web que no pueden ser accedidos desde diferentes zonas del país.
El control sobre el acceso a Internet en los diferentes países puede tener efectos muy diversos de acuerdo al nivel de educación que tenga cada sociedad. En determinados países se hace más difícil acceder a otros medios de información, y en otros la lectura de los medios se hace a sabiendas de este tipo de prácticas tendenciosas.
