La inteligencia artificial (IA) está transformando el mundo de maneras tanto esperadas como imprevistas. Para los consumidores, esta tecnología ofrece contenido digital personalizado, diagnósticos de salud más precisos y traducciones en tiempo real, entre otros beneficios. Sin embargo, también se ha convertido en una herramienta para los ciberdelincuentes, especialmente en el ámbito del fraude de identidad, que se ha consolidado como el tipo de fraude más común en la actualidad.
Un estudio reciente revela que más de un tercio de los líderes en riesgos e innovación bancaria en el Reino Unido, España y Estados Unidos consideran que su mayor desafío es el aumento del fraude generado por IA y deepfakes, lo que resalta la urgencia de abordar esta amenaza. La pregunta que surge es: ¿cómo funciona este fraude impulsado por IA y qué medidas podemos tomar para protegernos?
El fraude de identidad implica el uso de información personal identificable (PII) para cometer delitos, como acumular deudas en tarjetas de crédito a nombre de otra persona. Se estima que el fraude impulsado por IA representa más del 43% de todos los intentos de fraude registrados en el sector financiero y de pagos, con un 29% de estos intentos que se consideran exitosos. Entre las tácticas empleadas por los delincuentes cibernéticos se destacan varias.
Por un lado, los fraudes de suplantación de identidad a través de deepfakes se están volviendo comunes. Los estafadores utilizan audio y video falsos de usuarios legítimos para eludir los controles de «Conozca a su Cliente» (KYC) que las empresas financieras utilizan para verificar la identidad de sus clientes. Este tipo de ataques, que manipulan imágenes o videos que se encuentran en la web, representan aproximadamente el 24% de los intentos fraudulentos.
Además, la falsificación de documentos ha evolucionado hacia un ámbito digital, donde los delincuentes son capaces de acceder a plantillas de documentos o imágenes robadas y alterarlas con herramientas de generación de IA. Se calcula que las falsificaciones digitales ya constituyen más del 57% de todas las fraudes documentales, un aumento significativo en solo un año.
Otro de los métodos más preocupantes es la creación de identidades sintéticas. Los estafadores combinan datos reales robados con datos ficticios para crear nuevas identidades que utilizan para abrir cuentas en bancos y entidades crediticias. Este tipo de fraude ha registrado un aumento del 17% anualmente, según estimaciones de profesionales de la industria.
El impacto del fraude basado en IA va más allá de las pérdidas monetarias. Puede causar un enorme estrés emocional a las víctimas, e incluso ha llevado a algunas de ellas a contemplar el suicidio. Además, las consecuencias económicas son significativas, ya que las empresas enfrentan mayores costos, lo que podría derivar en un aumento de precios para los consumidores y afectar la confianza pública en el sistema.
Para combatir el uso de la IA para el fraude, las organizaciones están recurriendo a herramientas defensivas de IA que pueden identificar señales de advertencia. Sin embargo, hay medidas que los individuos pueden llevar a cabo para proteger su identidad. Es crucial no compartir información en exceso en las redes sociales, estar alerta ante correos electrónicos de phishing y habilitar la autenticación multifactor en todas las cuentas. Utilizar contraseñas fuertes y únicas, mantener el software actualizado y observar las cuentas bancarias en busca de actividad sospechosa son otras acciones que pueden ayudar a mitigar el riesgo.
La creciente sofisticación del fraude impulsado por IA indica que esta amenaza no hará más que aumentar en el futuro. Por lo tanto, es fundamental que los consumidores estén al tanto de las tácticas más recientes en fraude y eduquen a sus amigos y familiares sobre los riesgos que representan los deepfakes y el fraude generado por IA. En un mundo donde la tecnología avanza rápidamente, proteger nuestra identidad se ha vuelto más importante que nunca.
Fuente: WeLiveSecurity by eSet.
