En la era digital actual, la búsqueda de información a través de motores como Google o Bing se ha convertido en una actividad cotidiana y casi automática para la mayoría de los usuarios. Sin embargo, este comportamiento también ha abierto las puertas a un fenómeno preocupante: la proliferación de sitios web fraudulentos que, gracias a técnicas engañosas, logran posicionarse en los primeros lugares de los resultados de búsqueda.
Recientes incidentes han puesto de manifiesto cómo los cibercriminales manipulan la confianza de los internautas. Un ejemplo peculiar ocurrió en Australia, donde individuos que buscaban información sobre la legalidad de tener gatos de Bengal recibieron enlaces a sitios peligrosos que amenazaban con robar sus datos, todo a partir de hacer clic en resultados aparentemente legítimos.
Las tácticas utilizadas por los estafadores son variadas, pero entre las más comunes se encuentran el «SEO poisoning» o SEO negro, que se refiere a técnicas que permiten elevar sitios maliciosos en las clasificaciones de los motores de búsqueda. En 2021, investigadores de ESET revelaron un caso de «fraude SEO como servicio», donde un troyano manipulaba resultados de búsqueda al secuestrar la reputación de sitios legítimos. Campañas similares han reaparecido en el panorama escolar y profesional, revelando que los métodos de manipulación son cada vez más sofisticados.
Recientemente, se han identificado anuncios maliciosos que redirigen a las víctimas a sitios falsos que imitan popular software, como Firefox o WhatsApp, con la finalidad de robar información y tomar control de los dispositivos comprometidos. Estos fraudes no son un simple inconveniente; representan un riesgo serio, ya que los timadores están constantemente buscando nuevas formas de explotar la tecnología para su beneficio.
Las empresas de tecnología, incluido Google, se han dado cuenta del problema y han bloqueado más de 5.5 mil millones de anuncios en el último año. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, algunos fraudes logran pasar desapercibidos, lo que enfatiza la importancia de educar a los usuarios sobre los peligros presentes tanto en los resultados orgánicos como en los anuncios pagados.
A medida que aumentan las soluciones impulsadas por inteligencia artificial, los cibercriminales están adoptando prácticas más complejas, creando campañas que imitan servicios populares como ChatGPT. En Latinoamérica, se han reportado estafas que se presentan como agencias de viajes, haciéndose pasar por compañías reales y obteniendo credenciales y datos bancarios de los usuarios que caen en la trampa.
Para protegerse de estos peligros, es esencial que los usuarios no se dejen llevar por la prominencia de un sitio en los resultados de búsqueda. Examinar detenidamente las URL y reconocer los signos de alerta puede ser la clave para evitar caer en estas estafas. Implementar contraseñas fuertes, activar la autenticación de dos factores y contar con software de seguridad confiable son pasos cruciales para reforzar la protección de las cuentas digitales.
Además, herramientas que ofrece Google permiten investigar más sobre los resultados y reportar sitios sospechosos, lo que contribuye a mantener la seguridad en línea. La búsqueda de información puede ser un proceso rutinario, pero ser cauteloso y crítico puede marcan la diferencia entre acceder a información útil o caer en las redes de los cibercriminales.
Fuente: WeLiveSecurity by eSet.