¿Cambiar contraseñas con frecuencia mejora la seguridad? La respuesta no te la esperas

Durante años, la recomendación más extendida en ciberseguridad ha sido cambiar periódicamente las contraseñas para evitar que los ciberdelincuentes accedan a nuestras cuentas. Sin embargo, estudios recientes y nuevas directrices en seguridad digital indican que esta práctica no solo es innecesaria, sino que puede ser contraproducente.

La verdadera clave: contraseñas fuertes y únicas

Más importante que la frecuencia con la que se cambia una contraseña es su calidad. Una clave robusta debe ser lo suficientemente compleja para resistir ataques de fuerza bruta, pero también fácil de recordar. Para lograrlo, los expertos recomiendan:

  • Usar combinaciones largas (mínimo 12 caracteres) con letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos.
  • Evitar información predecible, como fechas de nacimiento o palabras comunes.
  • No reutilizar la misma contraseña en diferentes cuentas.

El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de EE.UU. (NIST, por sus siglas en inglés) ya indicó en 2017 que cambiar contraseñas arbitrariamente no aporta una mejora real en seguridad. En su lugar, recomienda utilizar claves más largas y optar por gestores de contraseñas.

El problema de cambiar contraseñas con demasiada frecuencia

Actualizar las contraseñas constantemente puede generar riesgos inesperados. Muchas personas, al verse obligadas a cambiarlas con regularidad, tienden a elegir opciones más sencillas o a repetir variaciones de sus contraseñas anteriores, facilitando el trabajo de los ciberdelincuentes.

Además, la fatiga por recordar contraseñas puede llevar a los usuarios a anotarlas en lugares inseguros o a utilizar la misma clave en varios servicios, lo que aumenta la vulnerabilidad en caso de filtración de datos.

¿Cuándo sí debes cambiar tu contraseña?

No es necesario modificar las credenciales de acceso cada pocos meses, pero hay situaciones en las que es imprescindible hacerlo de inmediato:

  • Si detectas actividad sospechosa en tu cuenta.
  • Si un servicio que utilizas ha sufrido una filtración de datos.
  • Si has sido víctima de un ataque de phishing o malware.

Para saber si tu contraseña ha sido filtrada, puedes utilizar servicios como Have I Been Pwned, que te notifican si tus credenciales han aparecido en bases de datos comprometidas.

Autenticación en dos pasos: una capa extra de seguridad

Más allá de las contraseñas, la mejor defensa contra accesos no autorizados es la autenticación en dos pasos (2FA). Este método exige una segunda verificación, como un código enviado al móvil o generado por una aplicación, lo que impide que alguien acceda a la cuenta incluso si obtiene la contraseña.

Conclusión: olvídate de los cambios constantes y protege tus cuentas con mejores prácticas

En lugar de obsesionarse con cambiar contraseñas cada cierto tiempo, lo realmente eficaz es crear contraseñas fuertes, únicas para cada cuenta y gestionarlas con herramientas seguras. Si además se complementan con autenticación en dos pasos, la protección será mucho más sólida.

La ciberseguridad evoluciona, y también deben hacerlo las estrategias para proteger la información personal. No se trata de cambiar claves cada mes, sino de adoptar hábitos inteligentes que realmente hagan la diferencia.

Scroll al inicio