En un mundo hiperconectado, la tecnología ha revolucionado la forma en que nos comunicamos, permitiéndonos conectar con cualquier persona en cualquier lugar con solo pulsar un botón. Uno de los servicios más populares que ha surgido gracias a la amplia cobertura de internet de alta velocidad es Google Voice. Sin embargo, con la popularidad de cualquier tecnología digital también vienen riesgos asociados, y en este caso, los estafadores han encontrado formas de engañar a los usuarios para que les proporcionen acceso a sus cuentas, lo que puede resultar en fraudes de todo tipo.
El año pasado, los esquemas relacionados con Google Voice representaron aproximadamente el 60 por ciento de todos los fraudes reportados en Estados Unidos, lo que pone de manifiesto la gravedad de la situación. Las estafas son variadas, pero suelen seguir un patrón común.
El funcionamiento básico de una estafa típica de Google Voice comienza con el estafador estableciendo una cuenta de Google Voice al igual que lo haría cualquier otro usuario. Luego, se presenta como un comprador o vendedor interesado en productos que se ofrecen en línea, utilizando plataformas como Facebook Marketplace o Craigslist. Para ganar la confianza de la víctima, el estafador puede sugerir que necesita confirmar que no es un bot o un estafador. En un giro engañoso, solicitará que se le envíe un código de verificación que recibirá en el dispositivo de la víctima.
Este código es, en realidad, una forma de autenticación de dos factores (2FA) que Google utiliza para asegurar los inicios de sesión. Al enviar este código al estafador, la víctima está, sin saberlo, permitiendo que el estafador vincule su cuenta de Google Voice con su número de teléfono. Tras activar la cuenta, el estafador puede eliminar el número de teléfono original de la víctima y usar el servicio para diversos fraudes.
El impacto del fraude es significativo: los estafadores pueden vender la cuenta a otros delincuentes, realizar llamadas de suplantación de identidad usando el número de Google Voice o enviar mensajes engañosos. Además, existen riesgos adicionales ya que algunos estafadores pueden intentar obtener información personal que les permita abrir cuentas nuevas en el nombre de la víctima o acceder a las existentes.
La forma más sencilla de protegerse es cesar toda comunicación con cualquier persona que solicite compartir un código de autenticación. Los mensajes de texto y las llamadas provenientes de Google son exclusivamente para el usuario y no deben compartirse con nadie más. Si se está comprando o vendiendo en línea, y la otra parte sigue insistiendo en validar la identidad mediante el envío de un código, esto debe considerarse una bandera roja.
En caso de caer en una estafa, los afectados pueden visitar una página dedicada de Google para intentar recuperar su número de voz, además de presentar una queja ante la FTC y considerar denunciar el incidente a las autoridades locales. La concienciación del usuario es clave para prevenir estas estafas y romper el ciclo de fraude que afecta a tantas personas en la actualidad.
Fuente: WeLiveSecurity by eSet.