La IA transformará el phishing: de correos electrónicos a deepfakes

El phishing es una técnica de ingeniería social que los ciberdelincuentes emplean para engañar a las personas y obtener información confidencial, como contraseñas, números de tarjetas de crédito o datos personales. Normalmente, lo logran haciéndose pasar por entidades confiables, como bancos, empresas o incluso amigos. Una vez que obtienen la información, la utilizan para robar dinero, realizar compras fraudulentas o cometer otros delitos.

La evolución del phishing

Aunque el correo electrónico es el canal más común para los ataques de phishing, estos también pueden llegar por otros medios como SMS, llamadas telefónicas o redes sociales. Recientemente, ha habido un aumento en las estafas a través de aplicaciones de mensajería instantánea, portales de viajes y aplicaciones de compra-venta de segunda mano. A medida que la conectividad aumenta y más servicios se utilizan en línea, el alcance del phishing se expande, y los ciberdelincuentes evolucionan sus métodos para hacerlos más creíbles, sofisticados y automatizados.

El papel de la IA en el phishing avanzado

En los próximos años, se espera un incremento en el uso de técnicas de inteligencia artificial (IA) para realizar ataques de phishing. Los ciberdelincuentes han encontrado en la IA una herramienta adicional para automatizar y optimizar sus tácticas, haciendo que los ataques sean más difíciles de detectar. Entre las posibilidades que ofrece la IA a estos delincuentes se encuentran:

  • Automatización de mensajes: Utilizando bots, pueden crear y enviar miles de mensajes de phishing en poco tiempo, dirigidos a un amplio número de personas para aumentar sus posibilidades de éxito.
  • Personalización de mensajes: La IA permite analizar grandes volúmenes de datos para crear textos y diseños más realistas y personalizados, aumentando la credibilidad del mensaje.
  • Entrega oportuna: Los mensajes pueden ser enviados en el momento justo y con un tono adaptado al destinatario, imitando a una persona o entidad real.

Deepfakes: la nueva frontera del phishing

Los deepfakes son videos, fotos o grabaciones de voz falsificadas que imitan a personas o eventos reales, creados mediante técnicas de IA. Los ciberdelincuentes pueden utilizar estos deepfakes para hacerse pasar por altos ejecutivos o personas de confianza de la víctima, aumentando así la eficacia del phishing. Aunque la mayoría de las campañas de phishing tienen un carácter masivo, se espera que el uso de deepfakes y otras técnicas avanzadas se vuelva más común.

¿Cómo protegerse del phishing?

Identificar un intento de phishing puede ser complicado, pero hay ciertos indicios que pueden ayudarnos a sospechar:

  • Urgencia: Mensajes que intentan crear un sentido de urgencia o amenazan con consecuencias graves si no se actúa de inmediato son sospechosos.
  • Remitente del mensaje: Verificar la identidad del remitente. En correos electrónicos, revisar la dirección del remitente (el dominio); en llamadas o SMS, desconfiar de números desconocidos. En el caso de deepfakes, observar detalles como el parpadeo poco natural o la desincronización en el movimiento de los labios.
  • Errores ortográficos y gramaticales: Tradicionalmente, los mensajes de phishing contenían errores ortográficos o gramaticales. Sin embargo, con la IA generativa, los mensajes pueden estar perfectamente escritos y diseñados, por lo que no es un indicio tan fiable como antes.

La recomendación general es desconfiar de todos los contactos inesperados que soliciten información confidencial. Es importante tomar el control de la situación; si alguien te contacta con urgencia solicitando información o dinero, lo mejor es cortar la comunicación y verificar por otro canal de forma independiente.

Conclusión

La inteligencia artificial está transformando el panorama del phishing, haciendo que los ataques sean más sofisticados y difíciles de detectar. Es crucial que tanto individuos como organizaciones estén alerta y adopten medidas preventivas para protegerse contra estas amenazas emergentes. Desconfiar de comunicaciones inesperadas y verificar siempre la autenticidad de las solicitudes es esencial para mantenerse seguro en el mundo digital.

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